El brandy tiene sus orígenes en la remota Italia del siglo X, cuando se elaboraba un aguardiente llamado acqua di vite, lo que se traduce como agua de vida. Posteriormente se comenzó a importar hacia Francia donde se comercializaba bajo el mismo significado (eau de vie) aunque por ciertos inconvenientes dejó de adoptar este nombre. Luego la bebida modificó un gran auge en toda Europa y logró comercializarse con gran potencial.